MAÑANA

Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley.

      Entonces les abrió el entendimiento para que comprendieran las Escrituras. — A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del reino de los cielos, pero a ellos no se les ha concedido. — “Te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó”. — Nosotros no hemos recibido el espíritu de este mundo, sino el Espíritu que procede de Dios, para que conozcamos las cosas que Dios nos ha dado gratuitamente. — ¡Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumerara, serían más que la arena. — ¡Oh profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios e inescrutables sus caminos! Porque: ¿Quién entendió la mente del Señor? ¿O quién llegó a ser su consejero? Porque de él y por medio de él y para él son todas las cosas. A él sea la gloria por los siglos. Amén.

SAL. 119:18. Lc. 24:45. — Mt. 13:11. — Mt. 11:25, 26. — 1 Co. 2:12. — Sal. 139:17, 18. — Ro. 11:33, 34, 36.

NOCHE

En-hacoré, (O, la fuente del que clamó.)

      Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: “Dame de beber”, tú le hubieras pedido a él y él te habría dado agua viva. — Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. Esto dijo acerca del Espíritu que habían de recibir los que creyeran en él.  

      Pruébenme en esto, ha dicho el SEÑOR de los Ejércitos, si no les abriré las ventanas de los cielos y vaciaré sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde. — Si ustedes, siendo malos, saben dar buenos regalos a sus hijos, ¿cuánto más su Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que le pidan? — Pidan, y se les dará; busquen, y hallarán; llamen, y se les abrirá.  

      Por cuanto son hijos, Dios envió a nuestro corazón el Espíritu de su Hijo que clama: “Abba, Padre”. — No recibieron el espíritu de esclavitud para estar otra vez bajo el temor sino que recibieron el espíritu de adopción como hijos, en el cual clamamos: “¡Abba, Padre!”.

JUE. 15:19. Jn. 4:10. — Jn. 7:37, 39. Mal. 3:10. — Lc. 11:13. — Lc. 11:9. Gá. 4:6. — Ro. 8:15.

Publicado originalmente en inglés bajo el título Daily Light on the Daily Path por Samuel Bagster and Sons, Ltd., Londres. Salvo otra indicación, las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera Actualizada 2015. © 2015, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso.