MAÑANA

Yo soy, yo soy su Consolador.

      Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones. De esta manera, con la consolación con que nosotros mismos somos consolados por Dios, también nosotros podemos consolar a los que están en cualquier tribulación. — Como el padre se compadece de los hijos, así se compadece el SEÑOR de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. — Como aquel a quien su madre consuela, así los consolaré yo a ustedes. — Echen sobre él toda su ansiedad porque él tiene cuidado de ustedes.  

      Tú, oh Señor, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad, Sl86

      Otro Consolador . . . el Espíritu de verdad. — El Espíritu nos ayuda en nuestras debilidades.  

      Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron.   

IS. 51:12. 2 Co. 1:3, 4. — Sal. 103:13, 14. — Is. 66:13. — 1 P. 5:7. Sal. 86:15. Jn. 14:16, 17. — Ro. 8:26. Ap. 21:4.

NOCHE

Fueron llamados a la comunión de su Hijo Jesucristo, nuestro Señor.

      Al recibir de parte de Dios Padre honra y gloria, desde la grandiosa gloria le fue dirigida una voz: “Este es mi Hijo amado en quien tengo complacencia”. — Miren cuán grande amor nos ha dado el Padre para que seamos llamados hijos de Dios.

      Sean imitadores de Dios como hijos amados, — Si somos hijos, también somos herederos: herederos de Dios y coherederos con Cristo.  

      El resplandor de su gloria y la expresión exacta de su naturaleza. — Así alumbre la luz de ustedes delante de los hombres, de modo que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos.  

      Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que tenía delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio. — Hablo esto en el mundo para que tengan mi gozo completo en sí mismos. — De la manera que abundan a favor nuestro las aflicciones de Cristo, así abunda también nuestra consolación por el mismo Cristo.

1 CO. 1:9. 2 P. 1:17. — 1 Jn. 3:1. Ef. 5:1. — Ro. 8:17. He. 1:3. — Mt. 5:16. He. 12:2. — Jn. 17:13. — 2 Co. 1:5.

Publicado originalmente en inglés bajo el título Daily Light on the Daily Path por Samuel Bagster and Sons, Ltd., Londres. Salvo otra indicación, las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera Actualizada 2015. © 2015, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso.