MAÑANA
Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.
Mi alma anhela y aun desea ardientemente los atrios del SEÑOR. Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo. — ¡Oh Dios, tú eres mi Dios! Con diligencia te he buscado; mi alma tiene sed de ti. Mi cuerpo te anhela en tierra árida y sedienta, carente de agua. Te he contemplado en el santuario para admirar tu poder y tu gloria.
Oh, todos los sedientos, ¡vengan a las aguas! Y los que no tienen dinero, ¡vengan, compren y coman! Vengan, compren sin dinero y sin precio vino y leche. — El Espíritu y la esposa dicen: “¡Ven!”. El que oye diga: “¡Ven!”. El que tiene sed, venga. El que quiera, tome del agua de vida gratuitamente. — Cualquiera que beba del agua que yo le daré, nunca más tendrá sed sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. — Mi sangre es verdadera bebida.
¡Coman, oh amigos! ¡Beban, oh amados! ¡Beban en abundancia!