MAÑANA
Bueno es esperar en silencio la salvación del SEÑOR.
¿Se ha olvidado de ser clemente? ¿En su ira ha cerrado su compasión? — En mi apresuramiento yo dije: “¡Cortado soy de tu presencia!”. Pero cuando clamé a ti oíste la voz de mis ruegos.
¿Y Dios no hará justicia a sus escogidos que claman a él de día y de noche? ¿Les hará esperar? Les digo que los defenderá pronto. — Espera al SEÑOR y él te salvará.
— Calla delante del SEÑOR y espera en él. No te alteres con motivo de los que prosperan en su camino, por el hombre que hace maldades.
En esta ocasión, ustedes no tendrán que luchar. Deténganse, estense quietos y vean la victoria que el SEÑOR logrará para ustedes.
No nos cansemos, pues, de hacer el bien porque a su tiempo cosecharemos, si no desmayamos. — He aquí, el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardándolo con paciencia hasta que reciba las lluvias tempranas y tardías.
LM. 3:26. Sal. 77:9. — Sal. 31:22. — Lc. 18:7, 8. — Pr. 20:22. — Sal. 37:7. 2 Cr. 20:17. Gá. 6:9. — Stg. 5:7.