MAÑANA
Dios es mi alto refugio.
“El SEÑOR es mi roca, mi fortaleza y mi libertador. Dios es mi peña; en él me refugiaré. Él es mi escudo, el poder de mi liberación, mi baluarte, mi refugio y mi salvador. Tú me salvas de la violencia. — El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en él esperó mi corazón. Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré.
Desde el occidente temerán el nombre del SEÑOR; y desde donde nace el sol, su gloria. Porque vendrá el enemigo como río, pero el Espíritu del SEÑOR levantará bandera contra él. (RV60) — Podemos decir confiadamente: El Señor es mi socorro, y no temeré. ¿Qué me podrá hacer el hombre?.
El SEÑOR es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El SEÑOR es la fortaleza de mi vida; ¿de quién me he de atemorizar?
Como Jerusalén tiene montes alrededor de ella, así el SEÑOR está alrededor de su pueblo desde ahora y para siempre. — Porque tú eres mi socorro, bajo la sombra de tus alas cantaré de gozo.
Por amor de tu nombre me guiarás y me encaminarás.
SAL. 59:9. 2 S. 22:2, 3. — Sal 28:7. Is. 59:19. — He. 13:6. Sal. 27:1. Sal. 125:2 — Sal. 63:7. Sal. 31:3.