MAÑANA
Porque la vida del cuerpo está en la sangre, la cual yo les he dado sobre el altar para hacer expiación por sus personas. Porque es la sangre la que hace expiación por la persona.
He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! — La sangre del Cordero. — La sangre preciosa de Cristo como de un cordero sin mancha y sin contaminación.
Sin derramamiento de sangre no hay perdón. — La sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.
Entró una vez para siempre en el lugar santísimo logrando así eterna redención, mediante su propia sangre. — Teniendo plena confianza para entrar al lugar santísimo por la sangre de Jesús, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo es decir, su cuerpo, . . . acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe.
Han sido comprados por precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espíritu, las cuales son de Dios.
LV. 17:11. Jn. 1:29. — Ap. 7:14. — 1 P. 1:19. He. 9:22. — 1 Jn. 1:7. He. 9:12. — He. 10:19, 20, 22. 1 Co. 6:20.