MAÑANA
La paz les dejo, mi paz les doy. No como el mundo la da yo se la doy a ustedes.
     El mundo está pasando y sus deseos. — En la oscuridad deambula el hombre; de veras, en vano se inquieta por acumular, y no sabe quién lo recogerá. — ¿Qué recompensa, pues, tenÃan entonces por aquellas cosas de las cuales ahora se avergüenzan? Porque el fin de ellas es muerte. Â
     Marta, Marta, te afanas y te preocupas por muchas cosas. Pero una sola cosa es necesaria. Pues MarÃa ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada. — Quisiera, pues, que estuviesen libres de ansiedad.
     Les he hablado de estas cosas para que en mà tengan paz. En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo. — El mismo Señor de paz les dé siempre paz en toda manera. — El SEÑOR te bendiga y te guarde. El SEÑOR haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia. El SEÑOR levante hacia ti su rostro, y ponga en ti paz.  Â