MAÑANA
Siervo de Cristo Jesús.
Ustedes me laman Maestro y Señor y dicen bien, porque lo soy. — Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estoy allí también estará mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. — Lleven mi yugo sobre ustedes, y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallarán descanso para su alma. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Las cosas que para mí eran ganancia las he considerado pérdida a causa de Cristo.
— Libres del pecado y hechos siervos de Dios, tienen como su recompensa la santificación y, al fin, la vida eterna.
Ya no los llamo más siervos porque el siervo no sabe lo que hace su señor. Pero los he llamado amigos porque les he dado a conocer todas las cosas que oí de mi Padre. — No eres más esclavo sino hijo.
Estén, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no se pongan otra vez bajo el yugo de la esclavitud. Ustedes fueron llamados a la libertad, hermanos; solamente que no usen la libertad como pretexto para la carnalidad.