MAÑANA
Para esto fue manifestado el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo.
     Nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espÃritus de maldad en los lugares celestiales.  — Puesto que los hijos han participado de carne y sangre, de igual manera él participó también de lo mismo para destruir por medio de la muerte al que tenÃa el dominio sobre la muerte este es el diablo. — Despojó a los principados y las autoridades, y los exhibió como espectáculo público habiendo triunfado sobre ellos. — Oà una gran voz en el cielo que decÃa: “¡Ahora ha llegado la salvación y el poder y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo! Porque ha sido arrojado el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba dÃa y noche delante de nuestro Dios. Y ellos lo han vencido por causa de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, porque no amaron sus vidas hasta la muerte. Â
     Gracias a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo.