MAÑANA
Después de levantar a su Siervo, Dios lo envió primero a ustedes, para bendecirles al convertirse cada uno de su maldad.
     Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva por medio de la resurrección de Jesucristo de entre los muertos. — Salvos por su vida.Â
     [Nuestro] Salvador . . . Jesucristo quien se dio a sà mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sà mismo un pueblo propio, celoso de buenas obras. — Como aquel que los ha llamado es santo, también sean santos ustedes en todo aspecto de su manera de vivir porque escrito está: Sean santos porque yo soy santo.   Â
     El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, . . .  nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales. — En él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad; y ustedes están completos en él. — De su plenitud todos nosotros recibimos, y gracia sobre gracia. Â
     El que no eximió ni a su propio Hijo sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará gratuitamente también con él todas las cosas? Â