MAÑANA

Mis ojos lloran hacia lo alto.

      Ten misericordia de mí, oh SEÑOR, porque desfallezco. Sáname, oh SEÑOR, porque mis huesos están abatidos. También mi alma está muy turbada; y tú, oh SEÑOR, ¿hasta cuándo? Vuelve, oh SEÑOR; libra mi alma. Sálvame por tu misericordia — Mi corazón se estremece dentro de mí; terrores de muerte me han caído encima. Temor y temblor me han sobrevenido, y me cubre el espanto. Dije: “¡Quién me diese alas como de paloma!”. Volaría y hallaría reposo.  

      Porque les es necesaria la perseverancia.  

      Y como ellos estaban fijando la vista en el cielo mientras él se iba, he aquí dos varones vestidos de blanco se presentaron junto a ellos, y les dijeron: Hombres galileos, ¿por qué se quedan de pie mirando al cielo? Este Jesús, quien fue tomado de ustedes arriba al cielo, vendrá de la misma manera como le han visto ir al cielo. — Nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo. — La esperanza bienaventurada, la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo.

IS. 38:14. Sal. 6:2-4. — Sal. 55:4-6. He. 10:36. Hch. 1:10, 11. — Fil. 3:20. — Tit. 2:13.

NOCHE

Su nombre estará en sus frentes.

      Yo soy el buen pastor y conozco mis ovejas. — El sólido fundamento de Dios queda firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos y Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.  

      ¡Bueno es el SEÑOR! Es una fortaleza en el día de la angustia y conoce a los que en él se refugian. — ¡No le hagan daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que marquemos con un sello la frente de los siervos de nuestro Dios!.  

      Ustedes, . . . habiendo creído en él, fueron sellados con el Espíritu Santo que había sido prometido, quien es la garantía de nuestra herencia. — Y Dios es el que nos confirma con ustedes en Cristo y el que nos ungió; es también quien nos ha sellado y ha puesto como garantía al Espíritu en nuestros corazones.  

      Escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén que desciende del cielo, enviada por mi Dios, y mi nombre nuevo. — El cual será llamada: ‘El SEÑOR, justicia nuestra’.

AP. 22:4. Jn. 10:14. — 2 Ti. 2:19. Nah. 1:7. — Ap. 7:3. Ef. 1:13, 14. — 2 Co. 1:21, 22. Ap. 3:12. — Jer. 33:16.

Publicado originalmente en inglés bajo el título Daily Light on the Daily Path por Samuel Bagster and Sons, Ltd., Londres. Salvo otra indicación, las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera Actualizada 2015. © 2015, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso.