MAÑANA
El SEÑOR proveerá.
     Dios mismo proveerá el cordero para el holocausto. Â
     He aquà que la mano del SEÑOR no se ha acortado para salvar, ni su oÃdo se ha ensordecido para oÃr. — Vendrá de Sion el libertador; quitará de Jacob la impiedad. Â
     Bienaventurado aquel cuya ayuda es el Dios de Jacob, cuya esperanza está puesta en el SEÑOR su Dios.  — El ojo del SEÑOR está sobre los que le temen, sobre los que esperan en su misericordia, para librar el alma de ellos de la muerte. Â
     Mi Dios, pues, suplirá toda necesidad de ustedes conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús. — El mismo ha dicho: Nunca te abandonaré ni jamás te desampararé. De manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi socorro, y no temeré. ¿Qué me podrá hacer el hombre? — El SEÑOR es mi fuerza y mi escudo; en él esperó mi corazón. Fui ayudado, y se gozó mi corazón; con mi canción le alabaré.