MAÑANA
Yo reprendo y disciplino a todos los que amo.
    Hijo mÃo, no tengas en poco la disciplina del Señor ni desmayes cuando seas reprendido por él He Porque el Señor disciplina al que ama y castiga a todo el que recibe como hijo. — Como el padre al hijo a quien quiere. — El hiere pero también venda; él golpea pero sus manos sanan. —HumÃllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que él los exalte al debido tiempo. — Te he probado en el horno de la aflicción.
     Porque no aflige ni entristece por gusto a los hijos del hombre. —  No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados. Pues como la altura de los cielos sobre la tierra, asà ha engrandecido su misericordia sobre los que le temen. Tan lejos como está el oriente del occidente asà hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Como el padre se compadece de los hijos, asà se compadece el SEÑOR de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo.           Â