MAÑANA
El arca del pacto del SEÑOR iba delante de ellos . . . buscando para ellos un lugar donde descansar.
En tus manos están mis tiempos. — El ha elegido nuestra heredad. — Guíame, oh SEÑOR, en tu justicia. Endereza tu camino delante de mí.
Encomienda al SEÑOR tu camino; confía en él, y él hará. — Reconócelo en todos tus caminos y él enderezará tus sendas. — Tus oídos oirán a tus espaldas estas palabras: “¡Este es el camino; anden por él, ya sea que vayan a la derecha o a la izquierda!”.
El SEÑOR es mi pastor; nada me faltará. En prados de tiernos pastos me hace descansar. Junto a aguas tranquilas me conduce. — Como el padre se compadece de los hijos, así se compadece el SEÑOR de los que le temen. Porque él conoce nuestra condición; se acuerda de que somos polvo. — El Padre de ustedes que está en los cielos sabe que tienen necesidad de todas estas cosas. — Echen sobre él toda su ansiedad porque él tiene cuidado de ustedes.