MAÑANA
Presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
     Amo al SEÑOR, pues ha escuchado mi voz y mis súplicas, porque ha inclinado a mà su oÃdo. Por tanto, le invocaré todos mis dÃas. Â
     Y al orar, no usen vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que serán oÃdos por su palabrerÃa. — El EspÃritu nos ayuda en nuestras debilidades; porque no sabemos cómo debiéramos orar pero el EspÃritu mismo intercede con gemidos indecibles. Â
     Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos piadosas, sin ira ni discusión. — Orando en todo tiempo en el EspÃritu con toda oración y ruego, vigilando con toda perseverancia y ruego por todos los santos. Â
     Si dos de ustedes se ponen de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidan, les será hecha por mi Padre que está en los cielos. Â