MAÑANA
Sé partÃcipe de los sufrimientos como buen soldado de Cristo Jesús.
     Yo lo he puesto como testigo a los pueblos, como jefe y comandante de los pueblos. — Porque le convenÃa a Dios, por causa de quien y por medio de quien todas las cosas existen, perfeccionar al Autor de la salvación de ellos, por medio de los padecimientos, para conducir a muchos hijos a la gloria. — Es preciso que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios.  Â
     Porque nuestra lucha no es contra sangre ni carne, sino contra principados, contra autoridades, contra los gobernantes de estas tinieblas, contra espÃritus de maldad en los lugares celestiales. Por esta causa, tomen toda la armadura de Dios. — No militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas. Â
     El Dios de toda gracia, quien los ha llamado a su eterna gloria en Cristo Jesús, él mismo los restaurará, los afirmará, los fortalecerá y los establecerá. Â