MAÑANA
Pacientes en la tribulación.
¡Él es el SEÑOR! Que haga lo que le parezca bien. — Aun siendo justo, no podría responderle; más bien, pediría clemencia en mi causa. — El SEÑOR dio, y el SEÑOR quitó. ¡Sea bendito el nombre del SEÑOR! — Recibimos el bien de parte de Dios, ¿y no recibiremos también el mal?
Jesús lloró. — Varón de dolores y experimentado en el sufrimiento. — Ciertamente él llevó nuestras enfermedades y sufrió nuestros dolores.
Porque el Señor disciplina al que ama y castiga a todo el que recibe como hijo. Al momento, ninguna disciplina parece ser causa de gozo sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que por medio de ella han sido ejercitados. — Que sean fortalecidos con todo poder, conforme a su gloriosa potencia, para toda perseverancia y paciencia. — En el mundo tendrán aflicción, pero ¡tengan valor; yo he vencido al mundo!