MAÑANA
Sea hecha tu voluntad, como en el cielo asà también en la tierra.
     Bendigan al SEÑOR, ustedes sus poderosos ángeles que ejecutan su palabra obedeciendo la voz de ella. Bendigan al SEÑOR, ustedes todos sus ejércitos; servidores suyos que hacen su voluntad. Â
     He descendido del cielo no para hacer la voluntad mÃa sino la voluntad del que me envió. — El hacer tu voluntad, oh Dios mÃo, me ha agradado; y tu ley está en medio de mi corazón. — Padre mÃo, si no puede pasar de mà esta copa sin que yo la beba hágase tu voluntad. Â
     No todo el que me dice ‘Señor, Señor’ entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. — No son los oidores de la ley los que son justos delante de Dios sino que los hacedores de la ley serán justificados. — Si saben estas cosas, bienaventurados son si las hacen. — Al que sabe hacer lo bueno y no lo hace, eso le es pecado. Â
    No se conformen a este mundo; más bien, transfórmense por la renovación de su entendimiento. Â