MAÑANA
Porque de la abundancia del corazón habla la boca.
La palabra de Cristo habite abundantemente en ustedes, . . . en toda sabiduría.
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él emana la vida. — La muerte y la vida están en el poder de la lengua. — La boca del justo expresará sabiduría, y su lengua proferirá juicio. La ley de su Dios está en su corazón; por eso sus pasos no vacilarán. — Ninguna palabra obscena salga de su boca sino la que sea buena para edificación, según sea necesaria, para que imparta gracia a los que oyen.
No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído. — Creí; por tanto, hablé.
A todo el que me confiese delante de los hombres, yo también lo confesaré delante de mi Padre que está en los cielos. — Con el corazón se cree para justicia, y con la boca se hace confesión para salvación.