MAÑANA
Yo soy de mi amado, y él me desea con ardor.
     Yo sé a quién he creÃdo, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel dÃa. — Estoy convencido de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni lo presente ni lo porvenir ni poderes ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. — Yo los guardaba en tu nombre que me has dado. Y los cuidé, y ninguno de ellos se perdió. Â
     El SEÑOR se agrada de su pueblo. — Tengo mi delicia con los hijos del hombre. — Su gran amor con que nos amó. — Nadie tiene mayor amor que este: que uno ponga su vida por sus amigos. Â
     Han sido comprados por precio. Por tanto, glorifiquen a Dios en su cuerpo y en su espÃritu, las cuales son de Dios. — Si vivimos, para el Señor vivimos; y si morimos, para el Señor morimos. Asà que, sea que vivamos o que muramos, somos del Señor. Â