MAÑANA
Examinemos nuestros caminos . . . y volvamos al SEÑOR.
    ExamÃname, oh SEÑOR, y pruébame. Purifica mi conciencia y mi corazón. — He aquÃ, tú quieres la verdad en lo Ãntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabidurÃa. — Consideré mis caminos y volvà mis pies a tus testimonios. Me apresuré, y no me retardé, a guardar tus mandamientos. — ExamÃnese cada uno a sà mismo, y coma asà del pan y beba de la copa. Â
     Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. — Si alguno peca, abogado tenemos delante del Padre, a Jesucristo el justo. — Asà que, hermanos, teniendo plena confianza para entrar al lugar santÃsimo por la sangre de Jesús, por el camino nuevo y vivo que él nos abrió a través del velo es decir, su cuerpo, y teniendo un gran sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Â