MAÑANA
¿Qué hombre es el que teme al SEÑOR? Él le enseñará el camino que ha de escoger.
     La lámpara del cuerpo es el ojo. Asà que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Â
     Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino. — Tus oÃdos oirán a tus espaldas estas palabras: Este es el camino; anden por él, ya sea que vayan a la derecha o a la izquierda. — Te haré entender y te enseñaré el camino en que debes andar. Sobre ti fijaré mis ojos. No sean sin entendimiento como el caballo o como el mulo, cuya boca ha de ser frenada con rienda y freno; de otro modo, no se acercan a ti. Muchos dolores tendrá el impÃo; pero la misericordia cercará al que espera en el SEÑOR. Alégrense . . . con júbilo todos los rectos de corazón. Â
     Reconozco, oh SEÑOR, que el hombre no es señor de su camino ni el hombre que camina es capaz de afirmar sus pasos. Â