MAÑANA
Permítelo por ahora, porque así nos conviene cumplir toda justicia.
El hacer tu voluntad, oh Dios mío, me ha agradado; y tu ley está en medio de mi corazón.
No piensen que he venido para abrogar la Ley o los Profetas. No he venido para abrogar, sino para cumplir. De cierto les digo que hasta que pasen el cielo y la tierra ni siquiera una jota ni una tilde pasará de la ley hasta que todo haya sido cumplido. — Sin embargo, el SEÑOR se ha complacido en hacer grande y gloriosa la ley a causa de su justicia. — Porque les digo que a menos que su justicia sea mayor que la de los escribas y de los fariseos, jamás entrarán en el reino de los cielos.
Porque Dios hizo lo que era imposible para la ley, por cuanto ella era débil por la carne: Habiendo enviado a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne para que la justa exigencia de la ley fuese cumplida en nosotros que no andamos conforme a la carne sino conforme al Espíritu. — El fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree.