MAÑANA

Y sobre dicha forma de trono estaba alguien semejante a un hombre.

      Jesucristo hombre. — Haciéndose semejante a los hombres; y, hallándose en condición de hombre. — Puesto que los hijos han participado de carne y sangre, de igual manera él participó también de lo mismo para destruir por medio de la muerte al que tenía el dominio sobre la muerte.  

      Yo soy . . . el que vive. Estuve muerto, y he aquí que vivo por los siglos de los siglos. — Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere; la muerte no se enseñorea más de él. Porque en cuanto murió, para el pecado murió una vez por todas; pero en cuanto vive, vive para Dios. — ¿Y si vieran al Hijo del Hombre subir a donde estaba primero? — Dios la ejerció en Cristo cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su diestra en los lugares celestiales — En él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad.  

      Porque fue crucificado en debilidad, pero vive por el poder de Dios. Pues nosotros también somos débiles en él, pero viviremos con él por el poder de Dios para con ustedes.  

EZ. 1:26. 1 Ti. 2:5. — Fil. 2:7, 8. — He. 2:14. Ap. 1:17, 18. — Ro. 6:9, 10. — Jn. 6:62. — Ef. 1:20. — Col. 2:9. 2 Co. 13:4.

NOCHE

Tu palabra me ha vivificado.

      El primer hombre Adán llegó a ser un alma viviente; y el postrer Adán, espíritu vivificante. — Como el Padre tiene vida en sí mismo, así también dio al Hijo el tener vida en sí mismo. — Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí no morirá para siempre.  

      En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. Pero a todos los que lo recibieron, a los que creen en su nombre, les dio derecho de ser hechos hijos de Dios, los cuales nacieron no de sangre ni de la voluntad de la carne ni de la voluntad de varón sino de Dios.

      El Espíritu es el que da vida; la carne no aprovecha para nada. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida. — Porque la Palabra de Dios es viva y eficaz, y más penetrante que toda espada de dos filos. Penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.  

SAL. 119:50. 1 Co. 15:45. — Jn. 5:26. — Jn. 11:25, 26. Jn. 1:4, 12, 13. Jn. 6:63. — He. 4:12.

Publicado originalmente en inglés bajo el título Daily Light on the Daily Path por Samuel Bagster and Sons, Ltd., Londres. Salvo otra indicación, las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera Actualizada 2015. © 2015, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso.