MAÑANA
Entonces los que temían al SEÑOR hablaron cada uno con su compañero, y el SEÑOR prestó atención y escuchó. Y fue escrito un libro como recordatorio delante de él, para los que temen al SEÑOR y para los que toman en cuenta su nombre.
Sucedió que, mientras iban conversando y discutiendo el uno con el otro, el mismo Jesús se acercó e iba con ellos. — Porque donde dos o tres están congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos. — Colaboradores míos cuyos nombres están en el libro de la vida.
La palabra de Cristo habite abundantemente en ustedes, enseñándose y amonestándose los unos a los otros en toda sabiduría con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando con gracia a Dios en su corazón. — Exhórtense los unos a los otros cada día mientras aún se dice: “Hoy”, para que ninguno de ustedes se endurezca por el engaño del pecado.
En el día del juicio los hombres darán cuenta de toda palabra ociosa que hablen. Porque por tus palabras serás justificado y por tus palabras serás condenado. — He aquí que está escrito delante de mí.