MAÑANA

La lámpara de tu cuerpo es tu ojo. Cuando tu ojo está sano, también todo tu cuerpo está lleno de luz.

      Pero el hombre natural no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque le son locura; y no las puede comprender, porque se han de discernir espiritualmente. — Abre mis ojos, y miraré las maravillas de tu ley. — Yo soy la luz del mundo. El que me sigue nunca andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida. — Por tanto, todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados . . . en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. — Porque el Dios que dijo: La luz resplandecerá de las tinieblas es el que ha resplandecido en nuestro corazón para iluminación del conocimiento de la gloria de Dios en el rostro de Jesucristo.  

      Pido que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el pleno conocimiento de él; habiendo sido iluminados los ojos de su entendimiento para que conozcan cuál es la esperanza a la que los ha llamado, cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.  

LC. 11:34. 1 Co. 2:14.—Sal. 119:18. — Jn. 8:12. — 2 Co. 3:18. — 2 Co. 4:6. Ef. 1:17, 18.

NOCHE

He aquí que golpeó la peña y fluyeron aguas, y corrieron arroyos en torrentes.

      No quiero que ignoren, hermanos, que todos nuestros padres estuvieron bajo la nube, y que todos atravesaron el mar. Todos en Moisés fueron bautizados en la nube y en el mar. Todos comieron la misma comida espiritual. Todos bebieron la misma bebida espiritual, porque bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. — pero uno de los soldados le abrió el costado con una lanza y salió al instante sangre y agua. — Pero él fue herido por nuestras transgresiones, molido por nuestros pecados. El castigo que nos trajo paz fue sobre él, y por sus heridas fuimos nosotros sanados.  

      Y ustedes no quieren venir a mí para que tengan vida. — Porque dos males ha hecho mi pueblo: Me han abandonado a mí, que soy fuente de aguas vivas, y han cavado para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen el agua. — Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. — El que quiera, tome del agua de vida gratuitamente.

SAL. 78:20. 1 Co. 10:1-4. — Jn. 19:34. — Is. 53:5. Jn. 5:40. — Jer. 2:13. — Jn. 7:37. — Ap. 22:17.

Publicado originalmente en inglés bajo el título Daily Light on the Daily Path por Samuel Bagster and Sons, Ltd., Londres. Salvo otra indicación, las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera Actualizada 2015. © 2015, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso.