MAÑANA
Tú eres un Dios que me ve.
     Oh SEÑOR, tú me has examinado y conocido. Tú conoces cuando me siento y cuando me levanto; desde lejos entiendes mi pensamiento. Mi caminar y mi acostarme has considerado; todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y tú, oh SEÑOR, ya la sabes toda. Tal conocimiento me es maravilloso; tan alto que no lo puedo alcanzar. Â
     Los ojos del SEÑOR están en todo lugar, mirando a los malos y a los buenos.  — Los caminos del hombre están ante los ojos del SEÑOR, y él considera todas sus sendas. — Lo que entre los hombres es sublime, delante de Dios es abominación. — Los ojos del SEÑOR recorren toda la tierra para fortalecer a los que tienen un corazón Ãntegro para con él.
      Jesús . . . conocÃa a todos  y porque no tenÃa necesidad de que nadie le diera testimonio acerca de los hombres, pues él conocÃa lo que habÃa en el hombre. — Señor, tú conoces todas las cosas. Tú sabes que te amo.
GN. 16:13. Sal. 139:1-4, 6. Pr. 15:3. — Pr. 5:21. — Lc. 16:15. — 2 Cr. 16:9. Jn. 2:24, 25.—Jn. 21:17.