MAÑANA

Salgamos . . . fuera del campamento, llevando su afrenta. Porque aquí no tenemos una ciudad permanente sino que buscamos la que ha de venir.

      Amados, no se sorprendan por el fuego que arde entre ustedes para ponerlos a prueba como si les aconteciera cosa extraña. Antes bien, gócense a medida que participan de las aflicciones de Cristo, para que también en la revelación de su gloria se gocen con regocijo. — Así como son compañeros en las aflicciones, lo son también en la consolación.  

      Cuando son injuriados en el nombre de Cristo, son bienaventurados porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes ciertamente, según ellos, él es blasfemado; según ustedes, es glorificado. 

       Por lo tanto, ellos partieron de la presencia del Sanedrín, regocijándose porque habían sido considerados dignos de padecer afrenta por causa del Nombre. — Prefirió, más bien, recibir maltrato junto con el pueblo de Dios que gozar por un tiempo de los placeres del pecado. Él consideró el oprobio por Cristo como riquezas superiores a los tesoros de los egipcios, porque fijaba la mirada en el galardón.  

HE. 13:13, 14.  1 P.  4:12,  13. — 2 Co.  1:7.  1 P.  4:14. Hch.  5:41. — He.  11:25,  26.

NOCHE

El Señor Jesucristo . . . transformará nuestro cuerpo de humillación para que tenga la misma forma de su cuerpo de gloria.

       Y sobre dicha forma de trono estaba alguien semejante a un hombre. Entonces vi algo semejante a metal que resplandecía con la apariencia del fuego que lo perfilaba alrededor. Desde su cintura hacia arriba, y desde su cintura hacia abajo, vi algo que parecía fuego y que tenía un resplandor alrededor de él. Este era el aspecto de la gloria del SEÑOR.

      Todos nosotros, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. — Aún no se ha manifestado lo que seremos. Pero sabemos que, cuando él sea manifestado, seremos semejantes a él porque lo veremos tal como él es.  

       No tendrán más hambre, ni tendrán más sed. — Y cantan el cántico de Moisés, el siervo de Dios, y el cántico del Cordero.  

FIL.  3:20,  21.  Ez.  1:26-28.  2 Co.  3:18. —1 Jn.  3:2.  Ap.  7:16. — Ap.  15:3.

Publicado originalmente en inglés bajo el título Daily Light on the Daily Path por Samuel Bagster and Sons, Ltd., Londres. Salvo otra indicación, las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera Actualizada 2015. © 2015, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso.