MAÑANA
Mi alma está pegada al polvo; vivifÃcame según tu palabra.
    Siendo, pues, que ustedes han resucitado con Cristo, busquen las cosas de arriba donde Cristo está sentado a la diestra de Dios. Ocupen la mente en las cosas de arriba, no en las de la tierra; porque . . . su vida está escondida con Cristo en Dios. — Porque nuestra ciudadanÃa está en los cielos, de donde también esperamos ardientemente al Salvador, el Señor Jesucristo. Él transformará nuestro cuerpo de humillación para que tenga la misma forma de su cuerpo de gloria, según la operación de su poder, para sujetar también a sà mismo todas las cosas. Â
     Porque la carne desea lo que es contrario al EspÃritu, y el EspÃritu lo que es contrario a la carne. Ambos se oponen mutuamente para que no hagan lo que quisieran. — Hermanos, somos deudores, pero no a la carne para que vivamos conforme a la carne. Porque si viven conforme a la carne, han de morir; pero si por el EspÃritu hacen morir las prácticas de la carne, vivirán. — Amados, yo los exhorto como a peregrinos y expatriados, que se abstengan de las pasiones carnales que combaten contra la vida.
SAL. 119:25. Col. 3:1-3. — Fil. 3:20, 21. Gá.  5:17. — Ro. 8:12-13. — 1 P. 2:11.