MAÑANA
Una cosa hago: olvidando lo que queda atrás, . . . prosigo a la meta hacia el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
     Padre, quiero que donde yo esté, también estén conmigo aquellos que me has dado para que vean mi gloria que me has dado. — Porque yo sé a quién he creÃdo, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel dÃa.  — El que en ustedes comenzó la buena obra, la perfeccionará hasta el dÃa de Cristo Jesús. Â
     ¿No saben que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero solo uno lleva el premio? Corran de tal manera que lo obtengan.  Todo aquel que lucha se disciplina en todo. Ellos lo hacen para recibir una corona corruptible; nosotros, en cambio, para una incorruptible. — Despojémonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos enreda, y corramos con perseverancia la carrera que tenemos delante.
FIL. 3:13, 14. Jn. 17:24. — 2 Ti. 1:12. — Fil. 1:6. 1 Co. 9:24, 25. — He. 12:1, 2.