MAÑANA
Irreprensibles en el dÃa de nuestro Señor Jesucristo.
     Ustedes . . . en otro tiempo estaban apartados y eran enemigos por tener la mente ocupada en las malas obras, ahora los ha reconciliado en su cuerpo fÃsico por medio de la muerte para presentarlos santos, sin mancha e irreprensibles delante de él; por cuanto permanecen fundados y firmes en la fe, sin ser removidos de la esperanza del evangelio. — Para que sean irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación torcida y perversa, en la cual ustedes resplandecen como luminares en el mundo. Â
     Por tanto, oh amados, estando a la espera de estas cosas, procuren con empeño ser hallados en paz por él, sin mancha e irreprensibles. — Sinceros e irreprensibles en el dÃa de Cristo. Â
     A aquel que es poderoso para guardarlos sin caÃda y para presentarlos irreprensibles delante de su gloria con grande alegrÃa; al solo y sabio Dios, nuestro Salvador por medio de Jesucristo nuestro Señor, sea la gloria, la majestad, el dominio y la autoridad desde antes de todos los siglos, ahora y por todos los siglos. Amén. Â