MAÑANA
Yo . . . apelarÃa a Dios; a la Divinidad confiarÃa mi causa.
     ¿Acaso existe para el SEÑOR alguna cosa difÃcil? — Encomienda al SEÑOR tu camino; confÃa en él, y él hará. — Por nada estén afanosos; más bien, presenten sus peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. — Echen sobre él toda su ansiedad porque él tiene cuidado de ustedes. Â
     EzequÃas tomó la carta de mano de los mensajeros, y la leyó. Luego EzequÃas subió a la casa del SEÑOR, y la extendió delante del SEÑOR. Y EzequÃas oró al SEÑOR. — Antes que llamen, yo responderé; y mientras estén hablando, yo los escucharé. — La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho. Â
      Amo al SEÑOR, pues ha escuchado mi voz y mis súplicas, porque ha inclinado a mà su oÃdo. Por tanto, le invocaré todos mis dÃas. Â