MAÑANA
Tus pecados te son perdonados.
     ¿Quién puede perdonar pecados sino uno solo, Dios? Â
     Yo soy, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mÃ, y no me acordaré más de tus pecados. — Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada y ha sido cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien el SEÑOR no atribuye iniquidad. — ¿Qué Dios hay como tú que perdona la maldad. Â
     Dios . . . los perdonó a ustedes en Cristo. — La sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado. Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad.
     Tan lejos como está el oriente del occidente asà hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. — El pecado no se enseñoreará de ustedes, ya que no están bajo la ley sino bajo la gracia. y, una vez libertados del pecado, han sido hechos siervos de la justicia. Â