MAÑANA
No fijando nosotros la vista en las cosas que se ven sino en las que no se ven; porque las que se ven son temporales, mientras que las que no se ven son eternas.
     No tenemos [aquÃ] una ciudad permanente — Sabiendo que ustedes mismos tienen una posesión superior y perdurable en los cielos. Â
     No teman, manada pequeña, porque a su Padre le ha placido darles el reino. Â
     En esto se alegran, a pesar de que por ahora, si es necesario, estén afligidos momentáneamente por diversas pruebas. — Allà los impÃos dejan de perturbar; allà descansan los de agotadas fuerzas. Â
     Los que estamos en esta tienda gemimos agobiados. — Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. No habrá más muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas ya pasaron. Â
     Los padecimientos del tiempo presente no son dignos de comparar con la gloria que pronto nos ha de ser revelada. — Porque nuestra momentánea y leve tribulación produce para nosotros un eterno peso de gloria más que incomparable. Â