MAÑANA
Haga la paz conmigo.
     Yo sé los planes que tengo acerca de ustedes, dice el SEÑOR, planes de bienestar y no de mal. — No hay paz para los malos, dice el SEÑOR. Â
     En Cristo Jesús ustedes, que en otro tiempo estaban lejos han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz. Â
     Agradó al Padre que en él habitara toda plenitud y, por medio de él, reconciliar consigo mismo todas las cosas. — Cristo Jesús, como demostración de su justicia, Dios lo ha puesto a él como expiación por la fe en su sangre, a causa del perdón de los pecados pasados, en la paciencia de Dios, con el propósito de manifestar su justicia en el tiempo presente para que él sea justo y, a la vez, justificador del que tiene fe en Jesús. — Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. Â
    ConfÃen en el SEÑOR para siempre, porque el SEÑOR es la Roca de la eternidad. Â