MAÑANA
En las tinieblas resplandece la luz para los rectos.
     ¿Quién entre ustedes teme al SEÑOR y escucha la voz de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confÃe en el nombre del SEÑOR y apóyese en su Dios. — Si cae, no quedará postrado porque el SEÑOR sostiene su mano. — El mandamiento es antorcha y la instrucción es luz.
     Enemiga mÃa, no te alegres contra mÃ; pues aunque caà me levantaré. Aunque yo habite en tinieblas el SEÑOR será mi luz. Porque pequé contra el SEÑOR soportaré su ira, hasta que él juzgue mi causa y me haga justicia. Él me sacará a la luz y yo veré su justicia.
     La lámpara del cuerpo es el ojo. Asà que, si tu ojo está sano, todo tu cuerpo estará lleno de luz. Pero si tu ojo es malo, todo tu cuerpo estará en tinieblas. De modo que, si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡cuán grande es esa oscuridad! Â