MAÑANA
Nadie las puede arrebatar de las manos del Padre.
     Yo sé a quién he creÃdo, y estoy convencido de que él es poderoso para guardar mi depósito para aquel dÃa. — El Señor me librará de toda obra mala y me preservará para su reino celestial. — Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte ni la vida ni ángeles ni principados ni lo presente ni lo porvenir ni poderes ni lo alto ni lo profundo ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro. Â
     ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que lo aman?
     El mismo Señor nuestro Jesucristo, y nuestro Padre Dios quien nos amó y por gracia nos dio eterno consuelo y buena esperanza, anime el corazón de ustedes y los confirme en toda obra y palabra buena. Â