MAÑANA
La gracia surgió de muchas ofensas para justificación.
     Aunque sus pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesÃ, vendrán a ser como blanca lana. — Yo soy, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mÃ, y no me acordaré más de tus pecados. Házmelo recordar; entremos juntos a juicio. Habla tú para justificarte. — He borrado como niebla tus rebeliones, y como nube tus pecados. Vuelve a mÃ, porque yo te he redimido. Â
     De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito para que todo aquel que en él cree no se pierda mas tenga vida eterna. — El don no es como la ofensa. Porque si por la ofensa de aquel uno murieron muchos, cuánto más abundaron para muchos la gracia de Dios y la dádiva por la gracia de un solo hombre: Jesucristo.
— Y esto eran algunos de ustedes, pero ya han sido lavados, pero ya son santificados, pero ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el EspÃritu de nuestro Dios. Â