MAÑANA
Lámpara es a mis pies tu palabra y lumbrera a mi camino.
En cuanto a las obras de los hombres, por la palabra de tus labios me he guardado de las sendas de los violentos. Mis pasos se han mantenido en tus caminos para que mis pies no resbalen. — Te guiarán cuando camines; te guardarán cuando te acuestes y hablarán contigo cuando te despiertes. Porque el mandamiento es antorcha y la instrucción es luz.— Tus oídos oirán a tus espaldas estas palabras: “¡Este es el camino; anden por él, ya sea que vayan a la derecha o a la izquierda!”.
Yo soy la luz del mundo. El que me sigue nunca andará en tinieblas sino que tendrá la luz de la vida. — También tenemos la palabra profética que es aun más firme. Ustedes hacen bien en estar atentos a ella como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro. — Ahora vemos oscuramente por medio de un espejo, pero entonces veremos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conoceré plenamente, así como fui conocido. — No habrá más . . . necesidad de luz de lámpara, ni de luz del sol; porque el Señor Dios alumbrará sobre ellos, y reinarán por los siglos de los siglos.