MAÑANA
Para destruir por medio de la muerte al que tenÃa el dominio sobre la muerte (este es el diablo).
     Nuestro Salvador Cristo Jesús . . . anuló la muerte y sacó a la luz la vida y la inmortalidad por medio del evangelio. — Destruirá a la muerte para siempre, y el SEÑOR Dios enjugará toda lágrima de todos los rostros. Quitará la afrenta de su pueblo de sobre toda la tierra, porque el SEÑOR ha hablado. — Y cuando esto corruptible se vista de incorrupción y esto mortal se vista de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: ¡Sorbida es la muerte en victoria! ¿Dónde está, oh muerte, tu victoria? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? Pues el aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. Pero gracias a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Â
     Porque no nos ha dado Dios un espÃritu de cobardÃa sino de poder, de amor y de dominio propio. — Aunque ande en valle de sombra de muerte no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo. Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.