MAÑANA
No temas, porque yo te he redimido.
     No temas, porque no serás avergonzada; no seas confundida, porque no serás afrentada. Pues te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque tu marido es tu Hacedor; el SEÑOR de los Ejércitos es su nombre. Tu Redentor, el Santo de Israel. — He borrado como niebla tus rebeliones, y como nube tus pecados. Vuelve a mÃ, porque yo te he redimido. — Con la sangre preciosa de Cristo como de un cordero sin mancha y sin contaminación. Â
     Pero su Redentor es fuerte; el SEÑOR de los Ejércitos es su nombre. Ciertamente abogará por la causa de ellos — Mi Padre, que me las ha dado, es mayor que todos y nadie las puede arrebatar de las manos del Padre. Â
     Gracia a ustedes y paz, de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo quien se dio a sà mismo por nuestros pecados. De este modo nos libró de la presente época malvada, conforme a la voluntad de nuestro Dios y Padre, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Â