MAÑANA

El que guarda su palabra, en este verdaderamente el amor de Dios ha sido perfeccionado.

      El Dios de paz, que por la sangre del pacto eterno levantó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, el gran Pastor de las ovejas, los haga aptos en todo lo bueno para hacer su voluntad, haciendo él mismo en ustedes lo que es agradable delante de él por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.  

      En esto sabemos que nosotros lo hemos conocido: en que guardamos sus mandamientos. — Si alguno me ama, mi palabra guardará. Y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos nuestra morada con él. — Todo aquel que permanece en él no continúa pecando. Todo aquel que sigue pecando no lo ha visto ni le ha conocido. Hijitos, nadie los engañe. El que practica justicia es justo, como él es justo. — En esto se ha perfeccionado el amor entre nosotros para que tengamos confianza en el día del juicio: en que como él es, así somos nosotros en este mundo.  

1 JN. 2:5. He. 13:20, 21. 1 Jn. 2:3. — Jn. 14:23. — 1 Jn. 3:6, 7. —1 Jn. 4:17.

NOCHE

El que tarda en airarse tiene mucho entendimiento.

      El SEÑOR pasó frente a Moisés y proclamó: ¡SEÑOR, SEÑOR, Dios compasivo y clemente, lento para la ira y grande en misericordia y verdad.  — El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; más bien, es paciente para con ustedes nosotros porque no quiere que nadie se pierda sino que todos procedan al arrepentimiento.  

       Sean imitadores de Dios como hijos amados, y anden en amor. — El fruto del Espíritu es: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y dominio propio. Contra tales cosas no hay ley. — Esto es aceptable: que alguien soporte aflicción y padezca injustamente por tener conciencia de Dios. Porque, ¿qué de notable hay si, cuando cometen pecado y son abofeteados, lo soportan? Pero si lo soportan cuando hacen el bien y son afligidos, esto sí es aceptable delante de Dios. Cristo sufrió por ustedes dejándoles ejemplo para que sigan sus pisadas. Él no cometió pecado, ni fue hallado engaño en su boca. Cuando lo maldecían, él no respondía con maldición. Cuando padecía, no amenazaba sino que se encomendaba al que juzga con justicia.  

      Enójense, pero no pequen.

PR. 14:29. Ex. 34:6. — 2 P. 3:9. Ef. 5:1, 2. — Gá. 5:22, 23. — 1 P. 2:19-23. Ef. 4:26.

Publicado originalmente en inglés bajo el título Daily Light on the Daily Path por Samuel Bagster and Sons, Ltd., Londres. Salvo otra indicación, las citas bíblicas han sido tomadas de la versión Reina-Valera Actualizada 2015. © 2015, Editorial Mundo Hispano. Usada con permiso.