MAÑANA
He aquí el Cordero de Dios.
La sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados. Por lo tanto, entrando en el mundo, él dice: Sacrificio y ofrenda no quisiste, pero me preparaste un cuerpo. Holocaustos y sacrificios por el pecado no te agradaron; entonces dije: “¡Heme aquí para hacer, oh Dios, tu voluntad!” como en el rollo del libro está escrito de mí. — Oprimido y afligido, pero no abrió su boca. Como un cordero, fue llevado al matadero; y como una oveja que enmudece delante de sus esquiladores, tampoco él abrió su boca.
Han sido rescatados de su vana manera de vivir, . . . no con cosas corruptibles como oro o plata sino con la sangre preciosa de Cristo como de un cordero sin mancha y sin contaminación. . , , manifestado en los últimos tiempos por causa de ustedes. Por medio de él creen en Dios, . . . de modo que su fe y esperanza estén en Dios.
Digno es el Cordero, que fue inmolado, de recibir el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.