MAÑANA
En mi apresuramiento yo dije: “¡Cortado soy de tu presencia!”. Pero cuando clamé a ti oíste la voz de mis ruegos.
Estoy hundido en el lodo profundo donde no hay suelo firme. He llegado a las profundidades de las aguas, y la corriente me ha arrastrado. — Me cubrieron las aguas por encima de la cabeza; yo dije: ‘¡He sido eliminado!’. “Invoqué tu nombre, oh SEÑOR, desde la profunda cisterna. Mi voz has oído: ‘¡No escondas tu oído cuando clamo por alivio!’. Tú te has acercado el día en que te invoqué, y dijiste: ‘¡No temas!’.
¿Se ha agotado para siempre su misericordia? ¿Se han acabado sus promesas por generación y generación? ¿Se ha olvidado de ser clemente? ¿En su ira ha cerrado su compasión? Y pienso: Mi tristeza es que haya cambio en la diestra del Altísimo. Me acuerdo de las obras del SEÑOR; sí, me acuerdo de tus maravillas del pasado. — [Hubiera yo desmayado] si yo no creyese que he de ver la bondad del SEÑOR en la tierra de los vivientes!