MAÑANA
Soy morena y bella.
     He aquÃ, en maldad he nacido, y en pecado me concibió mi madre. — Y tu fama se difundió entre las naciones, a causa de tu belleza, que era perfecta por el esplendor que puse en ti, dice el SEÑOR Dios. Â
     Señor . . . soy hombre pecador. — ¡Qué bella eres, oh amada mÃa! ¡Qué bella eres!
     Me retracto y me arrepiento en polvo y ceniza. — Eres toda bella, oh amada mÃa, y en ti no hay defecto.
     Aunque quiero hacer el bien, el mal está presente en mÃ. — Ten ánimo, hijo; tus pecados te son perdonados.
     Yo sé que en mÃ, a saber, en mi carne, no mora el bien. — Ustedes están completos en él. — Perfecto en Cristo Jesús. Â
      Ya han sido lavados, pero ya son santificados, pero ya han sido justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el EspÃritu de nuestro Dios. — Para que anuncien las virtudes de aquel que los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. Â