MAÑANA
Humíllense, pues, bajo la poderosa mano de Dios para que él los exalte al debido tiempo.
Abominación es al SEÑOR todo altivo de corazón; de ninguna manera quedará impune.
SEÑOR, tú eres nuestro Padre. Nosotros somos el barro, y tú eres nuestro alfarero. No te enojes sobremanera, oh SEÑOR, ni guardes para siempre memoria de la iniquidad. Por favor, mira; todos nosotros somos tu pueblo. Is64 — Me azotaste, y fui castigado como novillo indómito. Hazme volver, y volveré; porque tú eres el SEÑOR mi Dios. Porque después de desviarme, me arrepentí; y después de darme cuenta, golpeé mi muslo. Fui avergonzado y también afrentado, porque he llevado el oprobio de mi juventud’. — Bueno le es al hombre llevar el yugo en su juventud.
La aflicción no sale del polvo ni el sufrimiento brota de la tierra. Pero el hombre nace para el sufrimiento, así como las chispas vuelan hacia arriba.