MAÑANA
El pecado no se enseñoreará de ustedes, ya que no están bajo la ley sino bajo la gracia.
     ¿Qué, pues? ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ninguna manera! — Hermanos mÃos, ustedes también han muerto a la ley por medio del cuerpo de Cristo para ser unidos con otro, el mismo que resucitó de entre los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios. — No estando yo sin la ley de Dios, sino en la ley de Cristo. — El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley. Pero gracias a Dios, quien nos da la victoria por medio de nuestro Señor Jesucristo. Â
     La ley del EspÃritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. — Aquel que practica el pecado es esclavo del pecado. Asà que, si el Hijo los hace libres, serán verdaderamente libres. Â
     Estén, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no se pongan otra vez bajo el yugo de la esclavitud. Â