MAÑANA
A los hambrientos sació de bienes y a los ricos los despidió vacíos.
Tú dices: ‘Soy rico; me he enriquecido y no tengo ninguna necesidad’, y no sabes que tú eres desgraciado, miserable, pobre, ciego y desnudo, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado por el fuego para que te hagas rico. Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé, pues, celoso y arrepiéntete.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados. — Los pobres y los necesitados buscan agua, y no la hay; su lengua se reseca de sed. Pero yo, el SEÑOR, les responderé; yo, el Dios de Israel, no los abandonaré. — Yo soy el SEÑOR tu Dios . . . abre bien tu boca, y la llenaré.
¿Por qué gastan el dinero en lo que no es pan, y su trabajo en lo que no satisface? Óiganme atentamente y coman del bien, y su alma se deleitará con manjares. — Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca tendrá hambre, y el que en mí cree no tendrá sed jamás.