MAÑANA
Oren unos por otros de manera que sean sanados.
     Intervino Abraham y dijo: He aquÃ, ya que he comenzado a hablar con mi Señor, a pesar de que soy polvo y ceniza, quizás falten cinco para ser cincuenta justos. ¿Destruirás por aquellos cinco toda la ciudad? Le respondió: No la destruiré, si encuentro allà cuarenta y cinco. Â
     Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. — Oren por los que les persiguen. Â
     Yo ruego por ellos. No ruego por el mundo sino por los que me has dado; porque tuyos son. Pero no ruego solamente por estos sino también por los que han de creer en mà por medio de la palabra de ellos. — Sobrelleven los unos las cargas de los otros y de esta manera cumplirán la ley de Cristo.  Â
     La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho. ElÃas era un hombre sujeto a pasiones igual que nosotros, pero oró con insistencia para que no lloviera, y no llovió sobre la tierra durante tres años y seis meses.  Â