MAÑANA
En cuanto murió, para el pecado murió una vez por todas; pero en cuanto vive, vive para Dios.
     [El] fue contado entre los transgresores. — Cristo fue ofrecido una sola vez para quitar los pecados de muchos. — Él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero a fin de que nosotros, habiendo muerto para los pecados, vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados. — Con una sola ofrenda ha perfeccionado para siempre a los santificados. Â
     Este, porque permanece para siempre, tiene un sacerdocio perpetuo. Por esto también puede salvar por completo a los que por medio de él se acercan a Dios, puesto que vive para siempre para interceder por ellos. — Siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Luego, siendo ya justificados por su sangre, cuánto más por medio de él seremos salvos de la ira.
     Puesto que Cristo ha padecido en la carne, ármense también ustedes con la misma actitud. Porque el que ha padecido en la carne ha roto con el pecado para vivir el tiempo que le queda en la carne, no en las pasiones de los hombres sino en la voluntad de Dios. Â